Para que este pobrecito hablador un buen día, que espero sea lejano, no se encuentre a las puertas del cielo con la nariz sangrante a causa de algún portazo y acusado de no cumplir con santos e intermediadores de visados celestiales, pruebas son amores y no buenas razones: Peregrinación y abrazo al Sr. Santiago Matamoros. Los rayos que emite la imagen y que podéis observar no son radiaciones de bendita ira del santo patrón que atañan al roce con mi persona, sino que debido a la prohibición de hacer fotografías en tan santo lugar, la prueba fue obtenida con el sigilo y la habilidad de un agente secreto, esquivando la vigilancia de una especie de Quasimodo disfrazado de peregrino que ejercía de dueño y señor del camarín y que gracias a la pericia de Elena fue burlado para dejar constancia del momento. Por cierto, el pórtico de la gloria del maestro Mateos sigue en restauración y solo pudimos ver los bajos, el Pantocrátor ni en sueños, arremangando los faldones que cuelgan de los andamios y tras los que trabajan los restauradores.
Y después visita a San Andrés “do cabo do mundo”. Allí abajo, donde recio sopla el viento y baten las olas rompiendo contra el acantilado y tras recorrer el camino umbrío de un bosque lleno veredas que han abierto ejércitos de almas en pena (o tal vez sean vacas pero puestos a imaginar yo prefiero lo primero) se divisa el monasterio de San Andrés de Teixido. Donde donde podéis verme postrado de hinojos ante el santo y poniendo las velas prometidas en honor de mi clientela. Estas de verdad, más humildes pero de cera, no como las de el de Compostela, esa horterada que han puesto de moda, bombillitas parpadeantes eléctricas que ahora enciendes poniendo un SMS.
Pues nada que si al santo oficial, el de boato, botafumeiros, misa en latín oficiada por cinco curas, más otros tantos vicarios vestidos con sayos negros adornados con cruces rojas de santiago, platas y oropeles, miles de peregrinos vestidos de "Dora Exploradora", le mostré mis respetos, al otro también, el las supersticiones, el de los miedos ancestrales ante lo desconocido, escudo contra los demonios que pueblan un mar cruel de horizontes infinitos y donde compramos escapularios que sirven tanto como medalla para alcanzar amores eternos por una cara, alejar enfermedades por la otra y oculto entre ambas en el centro el símbolo contra el mal de ojo, ex votos de cera, ofrendas de relojes de cuco, juguetes, barquitos de madera y hasta un ataúd blanco del tamaño de un bebé a penas alumbrado. Decía que si a ambos he fielmente cumplimentado que no me cierren las puertas del cielo ni vague cuando "llegue la hora" en procesión de la Santa Compaña. Amen.
Tras los cumplimientos, que no todo ha de ser camino de santidad, visitamos lugares de jaranda y pitanza e incluso en San Andrés de Teixido un pescador simpático pero mal encarado nos ofreció y aceptamos percebes recién cogidos por él mismo esa mañana a los pies del santo y a un precio razonable no como los que se gastan en c'a Santiago.
A Bruxa
Milladoiro
La recogida, atravesando Portugal, con parada y fonda en Coimbra donde, a fuerza de subir escaleras, quemamos algunas de las calorías acumuladas y ya de vuelta, visita al ultimo reducto de los caballeros templarios, El Convento de Cristo, en Tomar y allí contemplar la ventana manuelina del Capitulo del Convento, más tarde imitada hasta en el Palacio da Pena de Sintra.
Bien, pues nada, que ya saben ustedes: la tienda queda abierta para lo que gusten.
Bien, pues nada, que ya saben ustedes: la tienda queda abierta para lo que gusten.
3 comentarios:
O sea, que mu mal... :)
Sí, creo que se lo han pasado mu mal... pos tiene to la pinta, sí...:)
Pues ¿que queréis que os diga?
Mal, mal solo el estómago pero eso se arregla. El Omeplazol ya está en ello.
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