32. Hago esta canción para ti,
Señor del Mundo,
que lo tienes todo,
menos esta canción.
De "La energía de los esclavos" (1972)
Leonard Cohen
Monjes del monasterio Gyuto
Cristo Pantocrátor -mosaico bizantino (siglo XII)
de la Iglesia de la Sagrada Sabiduría (Agia Sofia)
de Estambul (antigua Constantinopla)
Liturgia de San Juan Crisóstomo, opus 41
Piort Ilich Tchaikovsky
Esta liturgia quiso el autor que fuera cantada en su funeral.
Es bellísima, especialmente y para mi gusto la segunda parte.
Sus amigos se deshicieron en un mar de lagrimas.
Y es que hay cosas que no deben hacerse a los amigos,
por mucho Tchaikovsky que seas, sobre todo si es la liturgia es ortodoxa rusa
con tanto incensario, rezos como mantras y demás aparato,
demasiado impactante. Debió dejarles hechos unos zorros.
Oración
Juan Gelman
Habítame, penétrame.
Sea tu sangre una con mi sangre.
Tu boca entre a mi boca.
Tu corazón agrande el mío hasta estallar.
Desgárrame.
Caigas entera en mis entrañas.
Anden tus manos en mis manos.
Tus pies caminen en mis pies, tus pies.
Árdeme, árdeme.
Cólmeme tu dulzura.
Báñeme tu saliva el paladar.
Estés en mí como está la madera en el palito.
Que ya no puedo así, con esta sed
quemándome.
Con esta sed quemándome.
La soledad, sus cuervos, sus perros, sus pedazos.
Piort Ilich Tchaikovsky
Esta liturgia quiso el autor que fuera cantada en su funeral.
Es bellísima, especialmente y para mi gusto la segunda parte.
Sus amigos se deshicieron en un mar de lagrimas.
Y es que hay cosas que no deben hacerse a los amigos,
por mucho Tchaikovsky que seas, sobre todo si es la liturgia es ortodoxa rusa
con tanto incensario, rezos como mantras y demás aparato,
demasiado impactante. Debió dejarles hechos unos zorros.
Oración
Juan Gelman
Habítame, penétrame.
Sea tu sangre una con mi sangre.
Tu boca entre a mi boca.
Tu corazón agrande el mío hasta estallar.
Desgárrame.
Caigas entera en mis entrañas.
Anden tus manos en mis manos.
Tus pies caminen en mis pies, tus pies.
Árdeme, árdeme.
Cólmeme tu dulzura.
Báñeme tu saliva el paladar.
Estés en mí como está la madera en el palito.
Que ya no puedo así, con esta sed
quemándome.
Con esta sed quemándome.
La soledad, sus cuervos, sus perros, sus pedazos.
A Dios en primavera
Juan Ramón Jiménez
Señor, matadme, si queréis.
(Pero, señor, ¡no me matéis!)
Señor dios, por el sol sonoro,
por la mariposa de oro,
por la rosa con el lucero,
los corretines del sendero,
por el pecho del ruiseñor,
por los naranjales en flor,
por la perlería del río,
por el lento pinar umbrío,
por los recientes labios rojos
de ella y por sus grandes ojos...
¡Señor, Señor, no me matéis!
(...Pero matadme, si queréis)
"El mito, el ritual y la poesía son hijos de la misma madre, el lenguaje,
y son tan cambiantes, alterables y adaptables al ritmo
de las circunstancias históricas como el propio lenguaje".
Llamada a la oración (Al-Adhan)
No hay comentarios:
Publicar un comentario