Cuando hablo a mi perro él me escucha en silencio, como pensando y, parafraseando a Dylan, al contrario que los humanos: "le doy mi corazón pero él no quiere mi alma".
Bob Dylan
No lo pienses dos veces, está bien
De nada sirve sentarse
y preguntarse porqué, nena,
además no importa,
y de nada sirve sentarse
y preguntarse porqué, nena,
incluso si no lo has hecho nunca;
cuando el gallo cante al despuntar el alba
mira por la ventana, y me habré ido,
tú eres la razón de que siga mi viaje,
pero no lo pienses dos veces, está bien.
Y de nada sirve que enciendas tu luz, nena,
esa luz que nunca conocí,
y de nada sirve que enciendas tu luz, nena,
estoy en el lado oscuro del camino;
pero deseo que hubiera algo
que dijeras o hicieras
para intentar que cambiara de idea y me quedara,
de todas formas nunca hablamos demasiado,
pero no lo pienses dos veces, está bien.
Así que de nada sirve
que grites mi nombre, nena,
como nunca antes lo hiciste,
de nada sirve que grites mi nombre, nena
no puedo oírte más;
voy pensando y preguntándome
carretera abajo,
que una vez amé a una mujer,
una niña me dijeron,
yo le di mi corazón, pero ella quería mi alma,
pero no lo pienses dos veces, está bien.
Estoy caminando camino abajo, solo, nena,
a dónde me dirijo, no puedo decirlo,
pero adiós es una palabra demasiado buena,
así que sólo diré que te vaya bien;
no estoy diciendo que me trataras mal
podías haberlo hecho mejor, pero no me importa,
digamos que malgastaste mi precioso tiempo,
pero no lo pienses dos veces, está bien.
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