miércoles, 28 de marzo de 2012

72 rue de Belleville, París

Si alguna vez te encuentras en París, visita el 72 de rue de Belleville y no olvides llevar una rosa para depositarla en los escalones de acceso a esa la casa, en el pavimento, justo donde una vez estuvo la farola que oyó el primer trino de Édith Giovanna Gassion.

Su padre un acróbata callejero para celebrar su nacimiento se emborrachó y dejó a su madre, que era cantante ambulante, Annetta Maillard, de origen italo-bereber. Sin apoyo, tuvo que afrontar el parto sola. Salió a la calle por sus propios medios, pero no consiguió llegar al hospital y Edith nació en plena calle debajo de esa farola.



Annetta, siendo demasiado pobre como para criar a la pequeña Edith, la confía a su madre, Aïcha Saïd Ben Mohammed originaria de Cabilia, quien en vez de darle leche con biberón, la alimentaba con vino, con la excusa de que así se eliminaban los microbios. Después la entrega a su padre, quien está a punto de ir al frente en la Primera Guerra Mundial, lo que lo lleva a dejar a la niña con su madre (abuela paterna de Édith), dueña de una casa de prostitución en Bernay, Normandía, donde la niña es criada por las prostitutas de la casa.

Después cantar, cantar y cantar y volar libre, como un ruiseñor...








Milord
Édith Piaf
Música Marguerite Monnot y letra de Georges Moustaki.

Vamos, venga, Milord!
siéntese en mi mesa
Hace tanto frío, afuera
Acá está confortable.
Relájese, Milord!
Y tome bien su asiento
Sus penas sobre mi corazón
y sus pies sobre una silla
Yo lo conozco, Milord,
Ud. nunca me ha visto
No soy más que una hija de puerto
que una sombra de la calle...

Sin embargo yo lo rocé
cuando pasó Ud. ayer
No se veía poco confiado
Dama! El cielo la abruma de favores:
Su pañuelo de seda
Flotando sobre sus hombros
Ud. tiene el bello papel
Habría dicho el rey
Ud. ahí marchaba vencedor
Del brazo con una señorita
Dios! Que bella era...
Tuve ahí frío en el corazón

Vamos, venga, Milord!...

Decir que a veces basta
Que existe un navío
Para que todo se desgarre
Cuando el navío se va
Se lleva consigo
La dulzura en esos ojos tan tiernos
Quién no ha comprendido
que ella rompió su vida
El amor, ese hace llorar
Como la existencia
Esa le da todas las oportunidades
Para recuperarlos después

Vamos, venga, Milord!...

Tiene la pinta de un niño!
Relájese, Milord!
Venga a mi reino:
Yo sueño los remordimientos,
Yo canto al romance
Yo canto a los milords
Que no han tenido suerte!
Míreme, Milord,
Ud. jamás me ha visto...
..pero .. está llorando, Milord?
Eso..., Yo no lo habría creido jamás!...

Y Bien, veamos, Milord!
Sonríame, Milord!
... Mejor que eso! Un pequeño esfuerzo
Eso, así es!
Vamos, ría, Milord!
Vamos, Cante, Milord!
La-la-la...

Pero si, baile, Milord!
La-la-la... Bravo Milord!
La-la-la... Otra vez, Milord!..
La-la-la...


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