jueves, 5 de enero de 2012

Noche de Reyes

Relicario de los Reyes Magos en la catedral de Colonia.


Los Reyes Magos
Mercedes Sosa



Que los Reyes Magos existieron lo prueba que están muertos y bien enterrados en la Catedral de Colonia (Alemania). Que fueron tres, también. Los armenios, por ejemplo, suponen que fueron 12 pero el Papa San León (que para algo era la voz de Cristo en la tierra y por tanto testigo de primera mano) estableció que eran tres los Reyes Magos que fueron a adorar al niño Jesús guiados por una estrella: Melchor, Gaspar y Baltazar y que los regalos que llevaban eran oro, incienso y mirra. Melchor oro, símbolo de los reyes, Gaspar incienso por ser Dios y Baltasar mirra por ser hombre y mortal. Sospechoso que el marrón, como siempre le toque al negro, pero en fin así son las cosas e se non è vero, è ben trovato y mucho más interesante, ¡donde va a parar!, que un barrigón de barbas blancas vestido de rojo, como no podía ser de otra forma pues fue inventado por la Coca-Cola que vistió de tan ridícula guisa al pobre obispo cristiano de origen griego llamado Nicolás, que vivió en el siglo IV en Anatolia, en los valles de Licia (en la actual Turquía). Era una de las personas más veneradas por los cristianos de la Edad Media, del que aún hoy se conservan sus reliquias en la basílica de San Nicolás, Bari, Italia. Pero ya se sabe: el marketing es el marketing y los fenicios solo se inclinan y respetan a un dios: El Becerro de Oro.


En fin voy a ayudar a sus tres majestades a envolver los regalos para esta noche vibrante de magia, de nervios a flor de piel y mañana volver a ver ojos como platos.






Ya vienen los Reyes Magos
Joaquín Díaz




El camelo cojito
Gloria Fuertes


El camello se pinchó
Con un cardo en el camino
Y el mecánico Melchor
Le dio vino.

Baltasar fue a repostar
Más allá del quinto pino....
E intranquilo el gran Melchor
Consultaba su "Longinos".

-¡No llegamos,
no llegamos
y el Santo Parto ha venido!

-son las doce y tres minutos
y tres reyes se han perdido-.

El camello cojeando
Más medio muerto que vivo
Va espeluchando su felpa
Entre los troncos de olivos.

Acercándose a Gaspar,
Melchor le dijo al oído:
-Vaya birria de camello
que en Oriente te han vendido.

A la entrada de Belén
Al camello le dio hipo.
¡Ay, qué tristeza tan grande
con su belfo y en su hipo!

Se iba cayendo la mirra
A lo largo del camino,
Baltasar lleva los cofres,
Melchor empujaba al bicho.

Y a las tantas ya del alba
-ya cantaban pajarillos-
los tres reyes se quedaron
boquiabiertos e indecisos,
oyendo hablar como a un Hombre
a un Niño recién nacido.

-No quiero oro ni incienso
ni esos tesoros tan fríos,
quiero al camello, le quiero.
Le quiero, repitió el Niño.

A pie vuelven los tres reyes
Cabizbajos y afligidos.
Mientras el camello echado
Le hace cosquillas al Niño.




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