domingo, 18 de diciembre de 2011

Cuídate del mediocre


Adolf Hitler, un don nadie perdido entre la multitud, y, significativamente, solo...



Cuando Paul Simon compuso esta canción, seguramente no lo hizo influido por esta fotografía pero, no habría sido nada extraño que hubiera sido así...

The Sound of Silence
Simon & Garfunkel

El sonido del silencio

Hola, oscuridad, mi vieja amiga,
vengo para hablar contigo otra vez,
porque una visión deslizándose lentamente
dejó sus semillas mientras dormías,
y esa visión sembrada en mi cerebro
permanece en el sonido del silencio.

En sueños agitados, caminaba solo
por estrechas calles de adoquines,
bajo el halo de una farola,
volví el cuello del abrigo contra el frío y la humedad
cuando mis ojos fueron apuñalados por el destello de una luz de neón
que partió la noche y alcanzó el sonido del silencio.

Y en la luz desnuda vi
diez mil personas, quizás más,
personas charlando sin hablar,
personas escuchando sin oír,
personas escribiendo canciones que ninguna voz compartirá.
Nadie se atrevía a alterar el sonido del silencio.

“¡Locos!”, les dije, “¿no sabéis
que el silencio crece como un cáncer?
Oíd mis palabras para que os pueda enseñar,
coged mis brazos para que os pueda alcanzar.”
Pero mis palabras cayeron como silenciosas gotas de lluvia,
y resonaron en los pozos del silencio,
y la multitud se inclinaba y rezaba
al dios de neón que había construido,
y el letrero mandaba su mensaje
con las palabras que iba formando.
Y el letrero decía: “Las palabras de los profetas
están escritas en las paredes del metro y en los pasillos de las casas de la vecindad”,
y susurradas en el sonido del silencio.




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