sábado, 17 de septiembre de 2011

La serenidad tras el agobio, suicidios hermosos y dos reporteros gráficos


Callaté niña
Pic-Nic



Esta canción pertenecía al primer disco que tuve y con el que inicie mi colección, hoy obsoleta, de vinilos. Su tristeza ya entonces se metió en mi y una vez más me sorprendí silbando su contagiosa melodía cuando, ante este óleo del descarado e irreverente pintor de la vida Caravaggio, contemplaba a la niña que llora desolada al lado del cuerpo sereno, como abandonado en un sueño placido, de la Virgen que acaba de fallecer.



Caravaggio - Muerte de la virgen (detalle)

En él utilizó como modelo el cadáver de una mujer que se había suicidado en Roma arrojándose al río Tiber y que tenía los pies sucios y el vientre hinchado. Los monjes de Santa María della Scala, que le habían encargado la obra, se escandalizaron tanto cuando la vieron que la rechazaron airados.


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El primer día de mayo de 1947, Evelyn McHale saltó hacia su muerte desde el mirador del edificio Empire State. El fotógrafo Robert Wiles tomó la instantánea de la chica minutos después de su muerte. La fotografía apareció unas semanas después en la revista Life, donde se mencionaba que McHale acababa de terminar con su prometido. La chica de 23 años escribió una nota: “Él está mucho mejor sin mí… Nunca sería una buena esposa para nadie”.



Robert Wiles -Evelyn McHale


El cuerpo de la joven cayó 86 pisos y se impactó contra una limusina de las Naciones Unidas que se encontraba estacionada. El estudiante de fotografía Robert Wiles oyó el estruendo del choque y a sólo 4 minutos de la muerte de McHale tomó esta fotografía donde se refleja la enorme violencia del suicidio.

A las 10:40 de la mañana, el policía John Morrissey notó el gracioso vuelo de una bufanda flotando desde los pisos superiores del Empire State. Un momento después, escuchó el golpe de la caída que sonó como una explosión.

A 60 metros de ahí, el cuerpo de la señorita McHale aterrizó sobre un automóvil. El impacto deformó el techo de metal e hizo estallar las ventanillas del auto. Por fortuna, el conductor se encontraba en una farmacia cercana y gracias a ello escapó a la muerte o a serias heridas.

En el mirador desde donde saltó la chica, el detective Frank Murray encontró el abrigo gris de McHale, su monedero, la nota y un estuche lleno de fotografías familiares.

La serenidad del cuerpo de McHale hundido entre el metal retorcido causó sensación entre los lectores de Life. Años después, Andy Warhol se apropió de la fotografía y la usó en una obra titulada “Suicidio" (Cuerpo Caído).




Por cierto el disco de Pic-Nic me lo regalo mi prima Isabel Escudero (hoy en día, afamada poetisa). ¿Que razones tendría para amargar la existencia a un adolescente haciéndole un regalo como este? Es tan triste...

Más tarde ella escribió esto:

Vuelve el columpio
vacío:
en el cielo,
otro angelito.


Un día de estos voy a tener que hablar con ella..



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